jueves, 13 de noviembre de 2008

De cómo mi cuerpo nunca me entenderá

No quepo en mi propio hostigamiento. No suelo sentir que el cuerpo se desespera a destiempo de mi cabeza, pero el ruido es mucho mas exagerado dentro que fuera. Las vértebras se enloquecen con zumbidos nocturnos. El aburrimiento es absolutamente desolador. Y sigo comiendo mis uñas, y mis uñas siguen sin entender porque las muerdo. Mi cabeza si, pero no comprende de su propio dolor. Ni mis pupilas entienden que miran cuando mis ojos se quedan fijos en un punto, fijos en nada, tan solo fijos. Descentramiento absoluto de un mismo ser ¿un mismo ser? Des-comprensión. Descomprimirse de bilis, escupir y vomitar necesidades, que por otra parte ni la garganta ni el esófago serian capaces de vislumbrar.

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