sábado, 16 de octubre de 2010

De por qué la sensualidad

Ah! Ma Chère!

It’s easy… muting… holding the breath…

Suspendido en un giro o dos…

Frotando los premolares y torciendo los pies…

Arqueando el triunfo y despojando la virtud…

Deshojando lo sublime y lamiendo la vulgaridad…

Partiendo de lo oblicuo, alcanzando la verticalidad…

Zambullido en lo efímero, saboreando la eternidad…

Mascando la hiel de un encuentro sacrificial…

Alcanzado el punto obtuso de lo oblicuidad, la ligereza se vuelve inerte. Contornos sesgados en oblatividades de espuma.

Ángel sin consuelo, sostenido en anaqueles rotos, entre ropa sucia… apagando despojos de un ardor primigenio… colapsando en la desdicha de una muerte franqueada por el tiempo y su perennidad… sinérgico, monstruoso…

Una lágrima en el fuego de un cuerpo roto. Un fragmento de quietud en la inmensidad. Brazas de un ardor de tiniebla. Plegarias a un santo sin nombre. Desoído el silencio. Un deseo de dos por tres. Un “mon ami” y un “Je veux, mais je ne veux pas”.

Cortejado y malherido. Acotado y subsumido. Acalorado, enrojecido, fugazmente eterno, locuazmente intrépido, retóricamente entretenido. Tenido. Sostenido. Nunca advertido. Mortal. Mental. Banal.

I want to be found.

luminosité

Me conduzco sideral
Me manejo vertical
Me detengo lisérgico
Me descubro en obscenidad y obtengo Gracias

Percibo en bajorrelieve
Pienso en sepia
Razono en esquemas circulares
Adormecido en horizontes solares
Amanecido en infusiones y cielos con estrellas de cartón.

Abstenerse

La fulana que dice que no quiere cuando se muere de ganas…

El fulano que dice ahí voy cuando no sabe donde…

La madame que dice fue cocot y no llegó a gato de cuatro pelos…

El lord que dijo yo nunca y se agacho tanto como se lo permitió la culpa y la obscuridad de los
callejones…

La señorona atada a las buenas costumbres por no haber conocido otras…

Las tipejas de vulva al viento, los tipejos de pito erguido, los marcianos de sotana, las marcianas de batón largo y hábitos cortos…

Los jesusitos y sus chupacirios…

La milicia de sable y el mancebo que se lo limpia…

Los principitos con principitos y los principados con descendencia prestada…

El que gusta de la Fede porque al verde lo quiere verde…

El macho alfa con liguero y la muchacha con bigote…

El que escribe lo que piensa y el que no piensa lo que escribe…

La que vive de contar lo que no es suyo…

Los que parieron hijos por estar aburridos y los que hicieron parir a los suyos por idénticos motivos…

La que se dice madre por tener ovarios y el que se dice padre vaya uno a saber porque…

Los confundidos, los que confunden, los tiburones, las mariposas…

Los niños bien, las niñas chic…

El mucho ruido y pocas nueces…

Los pura espuma… sobre todo, muy sobre todo, los pura espuma.

répétition

Tu voz se me pierde en rincones de olvido…
Tu mirada retorna con humedad y nostalgia…
Trato de llamar a la prudencia pero no puedo evitar romperme, no puedo evitar caminar deshecho hacia horizontes de pupilas negras, enfrentando la necesidad de perdonar al deseo de ser culpable…
Sometido a la rítmica del hastío y la costumbre…
Arrastrado por la marea amarga del tiempo y la caducidad…
Presentando batalla a la tibieza falsa de tu piel, a la mentira que asecha entre tus pies de barro…
Sin embargo tu evanescencia significa para mí la eternidad…
Y caigo una y otra vez en recordar tu olvido y perdonar tu ausencia…

pour quoi?

Crepuscular, airoso, casi siempre sinestesico.
De un color o dos (más sería imposible)
Un llamado.
Medio llamado.
(Nunca nadie atiende)
¿Atender qué?
¿La mirada despistada de un pseudotipo con aires de “yes milord”?
¿La nostalgia abarrotada, muriendo de frío tras la puerta?
¡NO! ¿Para qué?
¡Dejame ser que así me quedo!
Goce puro de objeto
(O será ¿puro goce como objeto?)
Mejor aún: objeto de puro goce.

tiempo

Voz de rocío.
Caminos sobre un mar de tierra, un mar ennegrecido por los siglos.
Tiempo de rosas. Un tiempo olvidado.
Serpientes reptando por surcos, marcas de recuerdos insurrectos.
Luces tenues que hacen del olvido estigma, y vuelven lacerante la memoria.
Un viento azota los recuerdos de un cuerpo que grita y no quiere olvidar: goza.

nop nop

Rodó mi cabeza hacia tus pies, pero me negué a lamerlos. Miré el mundo desde abajo y ya no se veía tan bien.

culpa

Yo quisiera correr pero mis pies son de humo. Mis brazos pesan tanto que erguirme sobre la sombra de mi culpa sería imposible. Y me asfixio. Y me asfixia. El orgullo se escurre por mis piernas y me quema las rodillas.

nada nunca es nada

Y me columpio en tu sombra de humedad, mientras recorro sueños de “nunca jamás será”. Y confío en que la luz no cambie las tinieblas. Que resalte la simplicidad de los contornos. Que reafirme la nostalgia. Que no juegue al olvido con la luna, ni borre huellas de un “tal vez quizás”. Pero al fin la tibieza seca tu sombra, y la nostalgia esconde claridad. Luego nada nunca es nada, pero “no ha lugar”, su majestad.

Duermevela

Una luz diluida en fractales y un canto lastimoso que brota de mi cabeza. Unas manos ajenas me sueñan en bosquejos. Cansado mi silencio de no escucharse gritar.

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Aunque trato de evitar los lugares comunes que hacen de la soledad un estado miserable, no consigo más que sostener la victimización de un cuerpo de goce, no logro apartar la comodidad de acudir a esa lógica para evitar la implicación de un cambio, la ejecución de acto. Aunque llene el vacio con un grito de rebeldía, aunque promulgue un estado revolucionado, aunque bogue por el derecho al cambio, no puedo evitar el miedo… miedo de un proceso que implica la soledad pero en movimientos enérgicos y rupturas. Un proceso que se sostiene angustioso pero que puede romper con la nostalgia de una falta completamente presente… el miedo, al fin, terminaría radicando en el hecho de que para soportar un cambio debería abandonar un estado larvario, un capullo de engaño que perpetua el mismo estado al que se opone…

sábado, 4 de septiembre de 2010

sin cuenta

Un cuerpo flotando en la desidia, mecido por la angustia. Un viento de nostalgia remarca sus contornos. Hay paz
Sus ojos perciben el mundo, pero no pueden reconocer vitalidad, se escapa, se filtra. Sin embargo él no se esfuerza. Solo observa. Alcanza a reconocer que no le pertenece; y no corre, y no grita, y no reclama, ni demanda, no se enfurece, no se excusa. NADA.
Mira tejer y entretejer, mira mover y no se mueve, mira destejer y destejer, pero no pregunta, no se calla, no sonríe, y mucho menos llora.
El frío es suyo. La rigidez de las piedras, el olor y la textura e la tierra muerta. Eso sí le pertenece. Los detalles de un árbol dibujado en carbonillas. Líneas. Contorneando espacios esféricos, blancos, vacíos. ALEPH. Pero tampoco reconoce esa letra primigenia, y mucho menos el espacio destellante de su falta.
No desea, no goza y no está muerto.
Está sólo, rodeado de cabezas parlantes, de cabezas que giran, que resbalan, de cabezas sin ojos, de cabezas sin lenguas que hablan idiomas indescifrablemente guturales. Son ecos de sus propios lamentos (y por eso indescifrables). Hacen ruidos. Pero no hay circulación, nada responde a una pregunta. Hay automatismo (¿eso es vida?)
Él sabe que no hay nada que pueda envidiar en esas cabezas circundantes. Pero se sabe el mismo una cabeza sin ojos, ni lengua, ni idioma, ni libertad.
Pero a diferencia de esos satélites insoportables, prefiere no hacer ruido, prefiere clavar sus pies en un abismo (para no dejarse tragar por él), y se sienta a esperar por una voz.
Pero sus oídos están marchitos, y no podrían diferenciar una voz de un idioma gutural indescifrable y gutural.
Cundo reconoció la luz de sus propias obscuridades, logro llorar, pero tan sólo una infima, pequeña y transparente lágrima que cargaba el sentido de la impotencia.
Y nada nunca cambió.
Siguió flotando en la desidia, pero cerró los ojos, ya no quiso ver ni cabezas, ni árboles reales que parecían de cartón.

49

Para no perder nos obligamos a quedar fijados a la inconsciencia de que nada es cierto, de que nada se recupera. Así desconocemos que todo encuentro no es más que una pérdida, de que todo acto no es más que dramatización.

martes, 17 de agosto de 2010

T_T

Estertores de una carne trémula. Despertares sin nostalgia. Una brisa de cosmos que se vuelve nada. Un camino de barro con olor a rosas. Lugares fugaces. Un delirio de dos que se vuelve eterno, y una perdida que nunca encuentra registro. La perfidia de un amor, y la veracidad de un encuentro. Los temblores del abismo en la fusión de un acuerdo. Miedo encantado por la humedad de un amanecer que no llega, y un amanecer que llega desconociendo el terror de la ausencia.

jueves, 8 de julio de 2010

{}

Siento la simpleza de la soledad y no puedo más que pensar lo peor. Me tienta recorrer caminos apagados y saborear la nostalgia de alguna iridiscencia. Y mientras acoto el tiempo, un vaho de impurezas se agolpa en mi cabeza. Insisto en sostener la inercia, un efluvio de claroscuros que finalmente se trueca en una canción de cuna. Adormecido en esa tranquilidad de niebla siembro una cosecha de hiel. Y sin embargo me relajo gustoso en una perpetuidad de grises. Tal vez logre creer en la infinitud del cuerpo y apoderarme de una eternidad de espuma. Tal vez logre cambiar el tiempo y convertir el hastío en una claridad de cambio. Reencontrar la sensualidad de un cuerpo y arrullar un canto violáceo de primaveras y mares.

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Me orquesto en la solidez del hierro, y consecuentemente me enfrío. En la rigidez misma en que me pierdo no puedo más que romperme. Caigo en fractales, me deshago en fragmentos.
Suspiro en la ausencia de las gracias, y no hallo conforte en las pléyades, ni regocijo en las caricias de las ninfas. Sólo reconozco el peso de las Horas y el ritmo descarnado en el que marcan la prosecución de un tiempo, mi tiempo.
Tiemblo con los pasos de las moiras que se acercan burlonas agitando tijeras. Consortes dantescos de un partenaire de aire.
No puedo negarme a la bestia habiéndole ya entregado el miedo. Y me dispongo a una danza de hastío y niebla. Prolongación de un instante muerto, indefinido, que enciende un goce de náusea y oblación.

45

Una lógica trémula de angustias y de faltas.

Un preámbulo acotado de demandas y exabruptos.

Cegueras y entrecortes.

Desborde soportado en la virtud del malentendido.

...

Movimiento encaramado en la ligereza del viento.

Solaz penumbra de un recorte prudente y tenaz.

Caricatura del tiempo… de un tiempo mordaz…

punto y contrapunto de un encuentro.

lunes, 21 de junio de 2010

43

Un vacío, una segundo, una nostalgia... un momento...

los circuitos se detienen y proponen un orden de sonidos y compases...

el reloj da un tic y nada de tacs...

un mundo de colores se construye y se destruye...

y ahora si un tac...

los circuitos se encaminan, todo sigue...

y otro vacío, y otro segundo... y nada más...

domingo, 28 de febrero de 2010

41

Ni una gota de mi silencio hace eco en tu voz. Ni la ausencia de mi cuerpo resuena en tu vacío. Desaparezco sin haber existido. Caigo sin jamás haber volado (más que en sueños). Y no existo, y a la vez me pierdo… y recuerdo fantasías que nunca han sido, las revivo en la nostalgia de un reencuentro imposible, en un acuerdo en silencio.

41

Cenizas de un cuerpo en el viento.

Recortes de un cuento en letanía.

Caminos de encuentro.

Delirios, abismos, descensos.

La tibieza de tu voz rozando mis lamentos.

Y el vacio en tu mirada,

La distancia en la nostalgia,

Y la pesadez de la tristeza en la claridad de la ventana.

¿?

Sombra de una mirada en destierro. Estertores de negrura con la claridad de la cera. Una danza de humos sobre la masividad de un encuentro. Un encuentro a solas. Un hueco. Un vacio. Extrañeza. La nostalgia de algo roto y emparchado. O simplemente roto.

38

Mi cuerpo, hecho absolutamente presente, insiste en su existencia, se niega a desaparecer. Marca ritmos, movimientos. Comparece a la necesidad de ser visto. Se muestra, se ostenta, se luce y se lustra. Molesta. Hace ruido, mucho ruido. Opaca la claridad del mundo, la arrastra, la devora. No hay color, olor o forma que no subyaga al encuentro con un cuerpo despierto en el dolor de la falta.



"...Yo no estoy postrado a tus pies, llevo la marca en la piel. Y aunque destruyas mi ser, mi alma no la atraparás..."
"...Me estas parando… basta… yo sigo andando…"

domingo, 31 de enero de 2010

En un momento la claridad se volvio espesa, con colores turbios, en pura estridencia.

Combinacion de tonos, tramas, texturas.

Un cuerpo reposadamente nuevo. Una sonrisa esperando ser expuesta.

La dulzura de la noche amanecida en abrazos. Las marcas, los vacíos, la mirada... siempre la mirada....


Y yo que no creia en la suntuosidad de las cosas simples....




(y lo bien que hacia)