domingo, 28 de febrero de 2010

41

Ni una gota de mi silencio hace eco en tu voz. Ni la ausencia de mi cuerpo resuena en tu vacío. Desaparezco sin haber existido. Caigo sin jamás haber volado (más que en sueños). Y no existo, y a la vez me pierdo… y recuerdo fantasías que nunca han sido, las revivo en la nostalgia de un reencuentro imposible, en un acuerdo en silencio.

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