sábado, 16 de octubre de 2010

nada nunca es nada

Y me columpio en tu sombra de humedad, mientras recorro sueños de “nunca jamás será”. Y confío en que la luz no cambie las tinieblas. Que resalte la simplicidad de los contornos. Que reafirme la nostalgia. Que no juegue al olvido con la luna, ni borre huellas de un “tal vez quizás”. Pero al fin la tibieza seca tu sombra, y la nostalgia esconde claridad. Luego nada nunca es nada, pero “no ha lugar”, su majestad.

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