jueves, 13 de noviembre de 2008

Impasse

En la altiva noche de un paradigma ensordecedor que clama por normalidad, yo arrastro mi lujuria, incautada en cajas de espejos que reflejan opacidad. Ante tanta negligencia la realidad no hace más que invitarme a la mentira. Camino sobre vidrios apuntalando mis mandíbulas en enormes cimientos falsos que pretenden convertirse, tal vez algún día, en sonrisas o, quien sabe, carcajadas. El gemido de la noche no alcanza como para destrozar aquellos tortuosos espejos de colores. Todo mi tiempo se niega a saciarse y ningún basta atenta contra los cimientos de aquellas mímicas falsas.

Si no fuera por aquellas melodías que endulzan mis oídos nocturnos, que acompañan a las horas tristes a dormir, si no fuera por la euforia de la letra que escapa de mi piel, si no fuera por la imagen pintoresca de todo un mundo ideado sobre musas y panteras, si no fuera por eso...nada seria.

Pero un cuerpo baila en mis adentros y lagrimea por salir, y se mueve al compas del mundo, y crea en infinitos colores los retornos de algo que no cesa de no inscribirse. Espasmos musculares se convierten en danzas de salón, y cuerpos primigenios colapsan en furias desmedidas. Por un momento, tan solo por un momento, comprendo como funciona el universo, el universo se mueve con mis pies. No hay mundos fuera de mis pies, y mis oídos comparten los aplausos con mi piel.

(Todo deja de ser desigual a mí…)

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