Adormecido en la quietud de los nudos, seducido por señores y quimeras, desnudado en sueños y liturgias.
Busco ahora sobresaltos pretéritos y no hallo eco en el silencio.
Mi garganta explota en suspiros pretensiosos, pero el tiempo arañando mis tobillos me obliga a arrastar los pies.
2 comentarios:
Muy bueno que hayas vuelto a postear!
:) gracias che... ando medio colgado, pero trato trato de podar un poco la palmera...
abrazo
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