Mareas en las plantas de tus pies.
Ríos verdes que descansan en tu sombra.
La necesidad de amarrar a tu mirada la
nostalgia del mundo.
Enredado en nuestros vuelos, recaigo en letanías.
Y extraño.
Extraño no ser la lógica de un tiempo que no
es mío, los rincones de un espacio sin espacio.
Pero la necedad no es un vicio.
Corroe el desgano la historia y las Moiras
dejaron de cantar.
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